La mínima presentación ante el público
¿Cúal es la función básica de la marca? Identificar y diferenciar a la empresa o profesional, para lo que la marca debe de estar presente en cada acción que realiza y en cada soporte que emplea.
Cuando oímos eso de logotipo o web presencial pensamos ¡cómo va a ser si no!. Si una marca no es vista no existe, pero con la experiencia que llevamos a nuestras espaldas sabemos a qué se refiere esa expresión de «logo y web presencial», se trata de una implantación sencilla con los datos básicos para ser encontrado fácilmente y en los soportes justos. La web presencial como comentábamos hace unas semanas es una presentación sencilla con un número reducido de páginas y lo recomendable un formulario de contacto.
Esta web presencial no dispone de cualquiera de las funcionalidades que pueda necesitar una empresa según su sector como blog, e-commerce, sistema de reservas, gestión de stocks o plataformas educativas por ejemplo. Es una herramienta meramente informativa para generar confianza en aquel que busque una fe de existencia y un medio de contacto.
El concepto de sencillez aplicado a la marca gráfica es una máxima para cualquier marca. Cuando más sencilla y «usable» sea la marca mejor, por dos razones:
- vigencia en el largo plazo: la marcas gráficas complejas o recargadas soportan mal el paso del tiempo, al cabo de unos pocos años parecen desfasadas en el tiempo y comienzan a desprenderse de elementos,
- implantación en cualquier soporte: especialmente en los soportes digitales donde el tamaño y espacio de la marca puede llegar a ser muy reducido. Igual de importantes son los físicos que pueden ir de algo tan grande como una lona de obra a tan pequeño como una etiqueta de ropa.
Una marca más allá del logotipo, dispone de versiones pensadas precisamente para esos soportes cuyo tamaño o formato son más complejos y de otros elementos como el color, la tipografía o símbolos gráficos que requieren unas pautas de uso. La llamada marca presencial reduce esos elementos de los que hablamos para que su uso sea más sencillo. Para salvar este punto solemos crear unos patrones de uso del logotipo y/o símbolo donde la empresa o persona solo deba meter la información que tiene que transmitir.
¿Dónde quieres llegar? Tu destino como negocio define tu marca
Al inicio de un proyecto siempre planteamos una pregunta ¿cuál es el objetivo de la empresa? Digamos que diseñamos para el largo plazo, para alcanzar ese objetivo de la empresa y lo que en un primer paso pueda ser presencia en un futuro no muy lejano puede precisar alguna de las funcionalidades que nombrábamos antes. Por lo tanto tras analizar el proyecto en particular desarrollamos la marca y las aplicaciones, en especial las páginas web, para que sean compatibles con otros usos, plataformas, programas…
Planteamos el escenario presente y futuro para que lo creado sirva para facilitar la búsqueda y posicionar a la empresa o profesional entre sus clientes reales y potenciales.
Reimpregnación de la mente del público
La continua presencia de la marca tiene otro fin tan importante como los anteriores y es la reimpregnación de la marca o la capacidad de generar conocimiento y recuerdo de la misma. La falta de atención selectiva en la que vivimos como sistema de autoprotección ante la infoxicación hace que los mensajes que nos llegan caigan en saco roto, por eso la marca no puede perder ni una oportunidad de presentarse en cada soporte posible y de una manera coherente para generar recuerdo y también identificación en las personas.
La marca debe estar presente, es decir visible en cada mensaje que lance o soporte que emplee si no no es una marca. Tema aparte es la cantidad de información que se quiera dar acerca de la empresa pero por poca que sea aunque solo sea el contacto, como recomendación desde un plano técnico debe de poder crecer en el futuro, mirar algo más allá para saber si se necesitará algo más de ella.