13 May 2019 Una de las estrategias que mejor rendimiento consiguen, posicionando a tu empresa.
Si te preguntamos cómo se puede hacer identificar una empresa, ¿qué dirías? Su nombre, su logotipo, sus productos, el interiorismo de las instalaciones, los uniformes del personal, la flota de vehículos… Infinidad de elementos pueden identificar a una empresa.
Todos esos elementos distintos forman el llamado sistema de marca, un conjunto de piezas que forman parte de la marca como ente y que sirven para hacer reconocible la marca en cualquier lugar. Todas estas partes son fundamentales en la estrategia de branding porque multiplican los modos de llegar al público objetivo y hacer reconocible a la empresa.
El sistema de marca puede actuar sobre los sentidos, estimularlos y es un potencial que no se debe desperdiciar para llevar a la marca al top of mind de las personas.
Toda marca es capaz de estimular la vista de los consumidores, pero quedan otros cuatro: oído, tacto, olfato y gusto, que también son susceptibles de ser tocados y que generan un recuerdo y respuesta mayor.
- Oído a través de la voz, melodías o música. El tono de voz de la persona que responde al teléfono o de las personas que tienen contacto directo con los consumidores, el tono de una voz en off que locuta mensajes de la empresa. Los jingles compuestos ad-hoc, melodías, sonidos o canciones que las marcas hacen suyos, quién no reconoce a Windows o Apple con un sonido de apenas tres segundos.
- Tacto a través de las texturas. Lo que puede atraer a través de la vista puede ser rechazado en cuanto se toca, todos en algún momento hemos descartado una prenda que nos había gustado al tocar su tela. Las texturas juegan así, con o sin la visión previa pueden provocar rechazo o aceptación. Es un gran recurso en interiorismo, en algo tan básico como la tarjeta de visita donde se puede jugar con el soporte en el que se produzca, incluso en páginas web donde se pueden crear texturas con elementos gráficos haciendo así más agradable la navegación.
- Los humanos tenemos una gran memoria olfativa, los olores nos transportan a momentos o sensaciones vividas. El marketing olfativo explota este sentido ampliando los elementos identificativos de la marca. Lo más común son los ambientadores creados ex profeso en el sector del retail, pasear por la calle y reconocer una tienda por el olor sin haberla visto todavía. En ecommerce donde no existe punto de venta el packaging es un soporte magnífico para perfumar. Unas oficinas como un despacho de abogados o una clínica con su propio olor más allá del desinfectante puede acoger y generar en el cliente una sensación de tranquilidad y confianza. El sentido del olfato es el más sensible y fácil de saturar por lo que se ha de trabajar con él con cautela.
- Quizás el más complicado de estimular para la grandísima mayoría de las marcas o aquellas empresas que no tengan nada que ver con el sector de la alimentación o la bebida, o no. Cualquier empresa puede hacer suyo un sabor teniéndolo presente en los puntos de contacto con sus clientes, una bebida al alcance de los clientes en sus instalaciones, el envío de unos caramelos con cada compra on-line, regalos de empresa que incluyan un alimento creado para la marca. El gusto como el olfato también genera fuertes recuerdos y también es fácilmente saturable, de ahí que haya que ser cuidadoso en aquello que se escoge para identificar a la empresa a través del gusto.
Hemos dado unas pinceladas sobre cómo generar un sistema de marca tocando todos los sentidos. Queremos demostrar que la marca es mucho más que el logotipo o el símbolo que se usa en cada mensaje. Por supuesto están los colores, la tipografía, el estilo visual, pero más allá de la vista se pueden crear piezas que identifiquen a la empresa e incluso creen un vínculo mayor, emocional, de la persona con la marca.
Todos estos elementos son armas (en el mejor sentido de la palabra) para el branding. Son instrumentos de comunicación corporativa que usar para generar una percepción positiva de la marca, llevar a una experiencia positiva y generar un vínculo entre ambas partes, público objetivo y empresa. Son las piezas de un puzzle que se debe de ampliar, aumentar su superficie para ser más diferencial.
