Al packaging se le llama el vendedor silencioso porque está ahí en una estantería, en una mesa o en una fotografía de e-commerce sin decir nada y atrayendo a la vez (esto último solo a veces). Todo aquel que fabrique productos y deba “darles forma” para protegerlos y venderlos se habrá visto en la duda de cómo presentarlo, cómo diseñar el embalaje de su producto para que sea atractivo e invite a la compra, sin olvidar que lo proteja y facilite su transporte.
Los packagings también siguen tendencias, un mismo producto de distintas marcas comparten contenedor: unas conservas la latas ovalada, un caldo el tetra brik, una crema facial el frasco de vidrio con tapa de plástico, un vino la botella de vidrio,… a todo esto hay excepciones que se arriesgan con otras formas o materiales.
¿Cómo se puede dar con un diseño de Packaging original y creativo?
Los profesionales del diseño sabemos que con pocos elementos podemos crear envoltorios del tipo que sean que como mínimo hagan que la mirada del comprador se pare en ellos. No es necesario emplear muchos elementos distintos, ni recargar más de lo legalmente obligatorio, lo primero es cumplir con las normativas de etiquetaje, cumplido eso menos es más la mayoría de la veces.
Los recursos básicos del diseño explotados por separado son la mejor materia prima para dar con un packaging que funcione, son: tipografía, color, imagen en forma de fotografía e ilustración, forma y material.
Tipografía
Existen diseños que únicamente emplean tipografías para comunicar y vender, empleadas sobre fondos normalmente blancos. Se juega con una tipografía que ofrece distintas variantes para presentar el producto. Es habitual en productos de cosmética donde se da bastante información, nombre del producto, para qué parte del cuerpo es, la frecuencia o momento de uso, el fabricante,… El uso de tipografía sola quizás sea el recurso más arriesgado porque la línea que separa un buen diseño de uno malo es muy fina ya que es preciso dar con un tipo de letra bien construido, usar bien los espacios, los pesos y las proporciones para que no quede simple y vulgar.
Color
El color es un recurso habitual donde se usa un color sólido o degradado para el contenedor. En un lineal, en un expositor o en una tienda online suponen un descanso visual para el posible comprador porque emiten un único grito, no bombardean con muchos elementos distintos. Debemos decir que lo que mejor recordamos es el color, antes que una forma, una tipografía o un nombre.
Imagen en forma de fotografía e ilustración
Las imágenes, sean fotografías o ilustraciones usadas como protagonistas son un buen recurso, y al igual que con la tipografía han de usarse correctamente porque es fácil que el diseño pase de original a corriente o malo. Primero, la fotografía debe ser de calidad y la ilustración también, no se debe agobiar con elementos ajenos que entorpezcan su visión y comprensión. La colocación y proporción respecto al contenedor es importante para que genere un buen impacto en el comprador.
Hasta aquí los recursos más sencillos de usar, luego están la forma y el material que supone cambios en la fabricación del contenedor.
Forma
Si vemos un producto que tenemos asociado a una forma concreta con una distinta va a lograr llamarnos la atención y nos va a indicar que es algo diferente. Pensemos en yogures, en un lineal podemos encontrar de todo y aquellos que se salen de lo común los vemos antes e incluso los percibimos como mejores porque pensamos que si se han parado en usar un contenedor distinto es porque el producto es mejor.
Material
Por último el material. Hoy en día existen todo tipo de materiales sostenibles, reciclables o biodegradables para idear el packaging más respetuoso con el entorno. Aquellas marcas que apuestan por ellos tienen más probabilidades de irse para nuestras casas ya que somos más conscientes de que como consumidores somos parte de la solución para acabar con el exceso de residuos que generamos.
Estos recursos han de usarse respetando la identidad de la marca del producto. No todos ellos sirven para cualquier tipo de producto, el diseñador debe interpretar correctamente el producto y la filosofía de marca para darle la forma que mejor se adapte a él. Es como diseñar un traje, ha de adaptarse a la forma del producto y a su filosofía porque si no puede transmitir el mensaje erróneo.
Un consejo final, el exceso de elementos y mensajes repelen a las personas, es mejor concretar para facilitar la comprensión aún cuando se pretenda un estilo recargado, debe mantener un orden. ¿Quieres vestir tus productos? Contáctanos sin compromiso en el 981 91 34 88.