03 Dic 2018 La lectura de las formas, la comunicación sin palabras
Según el estudio de la Federación de Editores del año 2017 el hábito de lectura creció, la de libros en general y la de contenidos digitales en particular. Descendió el número de lectores de publicaciones periódicas como prensa, revistas y comics. De hecho año a año suben unas décimas los porcentajes de hábitos lectores de los españoles.
La pregunta es ¿cómo léemos? ¿Nos paramos con un texto dividido en párrafos? ¿Leemos cifras y conseguimos memorizar datos?
Tenemos que distinguir entre la lectura lúdica y la profesional. Aquello que leemos por libre elección, por distracción y en momentos de asueto se interioriza más fácilmente; aquello que leemos por “obligación” sea profesional o para informarnos de algún tema nos provoca más pereza. No digamos si se trata de un tema informativo o de publicidad, queremos el menor número de palabras posible y si se puede comunicar sin ellas mejor.
Como dicen algunos, hemos vuelto a la escritura egipcia, a los jeroglíficos, a representar gráficamente en forma de pictogramas lo que queremos decir y no mediante el alfabeto.
¿Qué es un pictograma? Un signo esquemático que representa un objeto real, figura o concepto, sintetiza mensajes.
Coge una revista, mira por una ventana y busca una valla o vete al contacto de cualquier página web, por decir algunos, ¿qué hay en todos? pictogramas que te indican lugares, secciones, categorías, profesiones, tipos de transporte… Estamos en el punto en el que hay prescindir de la palabra y contar lo que queramos mediante un dibujo, un signo.
Y es que cada vez leemos menos, por no decir que no leemos, aunque el estudio de la Federación de Editores diga lo contrario. Leemos por afición, sí, pero cuando se trata de lectura “obligatoria” no lo hacemos, preferimos que nos sinteticen al máximo los mensajes, dos palabras en lugar de tres, mejor una sola y si es un dibujo en lugar de letras perfecto. No hay más que mirar el escritorio de nuestro smartphone, bajo cada icono está el nombre de la app de turno, pero no leemos, tenemos interiorizado lo que significa cada pictograma y no leemos.
¿Ventajas de los pictogramas?
- facilitan la interpretación de información sin necesidad de leer,
- eliminan barreras idiomáticas.
A nivel de empresa, de marca este hecho afecta seriamente a la hora de comunicarnos con las personas. Todo lo que tenga un mínimo tinte comercial genera una especie de rechazo que reduce la atención y tiempo de dedicación al mínimo. Como marca debemos de conseguir que nuestro mensaje sea percibido e interpretado en el menor tiempo posible y los pictogramas ayudan a ello.
Son muy útiles para crear índices y ordenar información. Por ejemplo, en una página de comercio electrónico a la hora de enumerar las familias de productos a la venta el uso del pictograma facilita su identificación, la persona que está navegando interpreta cada producto disponible sin necesidad de leer. Así lo hicimos con Regolodos y Epiplus para agilizar la navegación. Igual de útil es en un catálogo digital o físico de producto donde se definen las familias de productos a través de iconos acompañando a las palabras o sustituyéndolas, esto agiliza la consulta de ese catálogo.
Los pictogramas son otra parte distintiva dentro del sistema de marca de la empresa. Bien es cierto que hay pictogramas universales como los de los baños, minusválidos, los iconos de teléfono, el globo de geolocalización… Pero cada empresa debe crear su propio lenguaje pictográfico, crear su estilo propio e identificativo a través de trazados, colores, grosores… Y obviamente todos los pictogramas de la empresa deben de tener un coherencia entre ellos e identificarla individualmente y en grupo. A la hora de crearlos es vital testearlos para asegurar que su lectura es la correcta y que todas las personas interpreten lo que pretendemos.
Las causas de esta proliferación puede ser pereza, la falta de tiempo que supuestamente sufrimos, una globalización que obliga a eliminar barreras idiomáticas. Sea lo que sea diría que los pictogramas se van a quedar mucho tiempo para facilitar nuestra comunicación.
