Larga vida a los soportes corporativos
Proyecto de branding, fase de la marca gráfica terminada; comienza la segunda fase, el diseño de las aplicaciones empezando por la papelería corporativa: las tarjetas de visita, el papel carta, el sobre americano, la carpeta,… los básicos para cualquier empresa o autónomo.
Lo digital está arrinconando a muchas de las aplicaciones pero aún les quedan años de vida porque unas precisan de las otras, además ¿imaginas presentarte a alguien y no dejarle una tarjeta de visita aunque quede en un bolsillo y te espíe por internet? o ¿concibes preparar un presupuesto sustancioso y no entregarlo impreso en papel dentro de su sobre o carpeta?
Cada empresa requiere unas piezas de papelería concretas en función de su actividad, por ejemplo:
- talonarios de recetas o tarjetas de citas una clínica,
- partes de trabajo una empresa de mantenimiento,
- pegatinas y partes de envio una empresa de transporte,
- libretas una academia de estudios,
- carpetillas o fundas para tickets regalo una tienda de moda,
- bonos o tarjetas regalo un centro de belleza.
La lista y las posibilidades son infinitas. La mayoría de estas piezas ya disponen de opciones digitales pero muchos públicos y usos siguen exigiendo la opción física.
El diseño y maquetación de la papelería corporativa debe ir acorde a las posibilidades de la empresa. Hay dos opciones para llevar a cabo su producción, cada una con sus pros y sus contras:
- Producción externalizada. Esta asegura la reproducción fiel en cuanto a colores y ventajas técnicas como la variedad de soportes que se pueden emplear, formatos, materiales o impresiones a sangre… El inconveniente suelen ser las cantidades altas, aunque cada vez es más fácil ajustarlas gracias a las opciones digitales. En ocasiones por una diferencia mínima de precio se duplica la cantidad y por la sensación de aprovechar se pide el máximo, luego esas tarjetas, sobres o lo que sea no se dan terminado, y en caso de rediseño de marca o cambio de algún dato de contacto como el número de teléfono bien se emplea la pieza aún no siendo actualizada o se retira.
- La autoproducción. Su mayor ventaja son las cantidades a demanda, solo se imprime lo necesario lo cual es un beneficio porque se reduce el almacenamiento, no se malgastan recursos y en caso de cambios se pueden realizar sin esperar a terminar las piezas antiguas. Estas ventajas exigen disponer del equipo adecuado para lo que se pretende, con las opciones de formatos necesarias (A4, A3, A3+, sobre DL, C5, bolsa,…) y capacidad de carga en cuanto a gramaje y también encontrar el material en blanco para imprimir.
Ambas opciones tienen más ventajas y desventajas, lo habitual en empresa pequeñas o medianas es hacer una combinación de las dos posibilidades. Hay piezas que por su fin necesitan materiales como papeles o tintas especiales, opciones como el dato variable, técnicas como golpe seco, manipulados, hendidos, plastificados o troqueles…
El responsable del diseño gráfico tiene en cuenta todas las variables:
- el uso y conveniencia de cada aplicación corporativa o pieza por si es posible crear un soporte más adecuado y funcional,
- qué desea transmitir la empresa para elegir el soporte y técnica de reproducción adecuada,
- la capacidad técnica de la empresa para aquellas piezas que debe autoproducir,
- los programas de gestión de la empresa para adaptar el diseño y preparar plantillas en caso necesario.