A mediados de febrero cuando la situación actual nos parecía algo lejano y ajeno sucedió una situación. Una persona a la que vendía algo con una de estas aplicaciones de venta de segunda mano me pedía mi número para confirmarme más tarde un tema, por defecto le di una tarjeta de visita, bien diseñada y de buen papel dicho sea de paso; ¿que hizo con ella? fue crear un nuevo contacto en su agenda del móvil anotar nombre y número para a continuación devolverme la tarjeta, -Toma, no me hace falta-.
Esta situación hace salir un tema que llevamos tiempo pensando, ¿tienen el tiempo contado las tarjetas de visita de papel? ¿debemos pensar en otras alternativas? ¿debemos dejar de ofrecerlas como soporte de comunicación? La respuesta, después de hacer análisis interno con los proyectos que vemos cada día es depende. Depende de la situación y de las personas que la vivan. El caso que comentaba antes él actuaba como particular y yo como profesional, salió instintivamente darle la tarjeta; por lo tanto primera conclusión: es un gesto que tenemos interiorizado.
En determinados entornos o situaciones se siguen y seguirán usando. Imaginemos una situación B2C, un electricista que acude a arreglar la lavadora que todavía tienes en garantía, la marca avisó al SAT y acude un electricista que al salir te da su tarjeta por si se vuelve a estropear fuera de garantía. Situación entre particular y profesional en la que sí se guardará la tarjeta, ¿dónde? eso es otro tema.
En el plano B2B, entre dos o varias empresas que se reúnen por primera vez, sea un networking, afterwork o una reunión de proveedores de perfil tecnológico bajo o medio, sigue reinando la tarjeta física de papel. Este ritual de intercambio de tarjetas (al menos para los japoneses) tiene varias ventajas frente a otras alternativas más tecnológicas:
- Es la manera más rápida de intercambio de información, se da la tarjeta y ya está.
- Evita la pérdida de contacto visual y verbal con la otra persona, no requiere cambiar la atención otro tema o dispositivo.
- Fomenta la interacción y comunicación con la otra persona, porque la tarjeta en sí misma puede ser un tema de conversación (esto también lo vivimos en nuestra carnes).
Sin embargo para otros entornos donde los nuevos contactos son numerosos, sectores con personas de un nivel tecnológico medio/alto debe haber unas alternativas y las hay. Estas soluciones ya tienen sus años, han ido mejorando y haciéndose más sencillas.
Como alternativa hay escáneres de tarjetas o tarjetas de visita digitales. Todas apps para móvil, algunas para escritorio, y todas con una versión gratuita limitada que se extiende pasando a la de pago. Os hablamos de una de cada:
- vCards: un clásico que no falla para crear tarjetas de visita digitales. Entrando en su web se crea un perfil con multitud de campos de información incluso foto, con todos los campos cubiertos se genera y se descarga un archivo .vcf que ya puedes enviar a tus contactos por correo o Whatsapp, al abrirlo podrán guardarlo en su agenda y automáticamente se guardarán todos los datos que se hubieran cubierto. Rápido, sencillo y apto entre iOs y Android.
- ABBYY BCR, escáner de tarjetas de visita: genera una agenda escaneando tarjetas de visita sacando una foto o desde un foto en nuestro carrete. Genera el contacto en nuestros contactos o simplemente queda archivada en la app. Además permite la búsqueda de más información acudiendo a los perfiles de redes sociales. Su escáner no es muy preciso, hay que revisar los datos cuando los transcribe. La versión gratuita tiene un límite de 10 tarjetas, pero la premium por un muy módico precio al año no tiene límite y permite exportar los datos a un Excell. Para quienes visitan a muchas empresas o acuden a muchos eventos profesionales es una herramienta útil que le permite no perder ningún contacto en su trabajo.
- Xapcard: mezcla de los dos anteriores, por un lado crea una tarjeta digital de manera mucho más sencilla y completa que vCards porque con un correo electrónico busca la información en la red y la completa él solo, por supuesto luego se puede completar o corregir. La app permite compartir el contacto a través de un código QR o enviándola por bluetooth a otro dispositivo. A la vez permite escanear y archivar tarjetas y asociarlas al evento o lugar donde nos encontremos. El escáner el mucho más preciso que el de ABBY BCR.
Hay muchísimas más apps para poder prescindir de la tarjeta de visita tradicional. Los escáneres siguen dependiendo de que haya al menos una tarjeta de papel que escanear, y según la app que se use afectará la calidad del diseño de la misma porque algunas no interpretan bien los datos. Las tarjetas puramente digitales aportan más información que la tarjeta de papel puesto que permiten añadir fechas, enlaces directos a redes, blog, web, varias direcciones y teléfonos…
¿Digital o papel? Ambas convivirán porque son dos opciones de soporte para un mismo fin y como decía la situación y el interlocutor definirán cuál es más adecuada.