Cómo debe de ser tu nombre en internet
Haces una compra online, cubres un papel del banco, renuevas tu dni, te matriculas en el gimnasio, reservas un viaje en una agencia, vas a votar, cubres la protección de datos en tu dentista… infinitos documentos, en todos ellos ¿cómo te llamas? motes y abreviaturas a un lado ¿varía de un lugar a otro? probablemente no, por lo tanto ¿por qué hacerlo con el nombre de tu marca?
El naming es una de las partes más complejas a la hora de crear una marca porque a la hora de hacer las comprobaciones pertinentes igual resulta que no está disponible o que se le deben empezar a poner apellidos para poder emplearlo.
Primero, hay que distinguir entre el nombre fiscal y el comercial, no tienen por qué coincidir y de cara al público y a comunicar el importante es el comercial. Siempre recomendamos registrar el nombre junto a la marca gráfica con profesionales en patentes y marcas para protegerla y protegerse. Pero antes de llegar al registro hay una serie de comprobaciones previas para escoger el nombre definitivo de tu marca.
El entorno digital es primordial por no decir casi el primero hoy en día: página web, tienda online, blog, redes sociales, correo electrónico… todos soportes o herramientas empleados por prácticamente todas las empresas pero no todas son fáciles de encontrar. El nombre que se escoja debe estar disponible para todos estos usos sin añadirle muchos apellidos o apéndices, es decir, sin tener que especificar a continuación el sector, ciudad, tipo de sociedad o lo que se ocurra para poder usarlo como marca.
- Dominio web, cómo se llamará la página web. Lo ideal que esté libre el nombre con los dominios más comunes allá donde vaya a actuar la marca, en España .es y .com. La dirección web debe lo más próxima al nombre de la marca y sencilla aunque luego todos entremos en una web a través de Google capaz de solventar cualquier error de escritura o desconocimiento por nuestra parte. La sencillez y facilidad actúa en favor de la coherencia y consistencia de la marca.
- E-commerce o la tienda online: generalmente ya es la propia página web o está dentro de ella. Sigue la misma pauta, el nombre debe de ser el mismo por el que conocen o llaman a la marca comúnmente. Si se quiere diferenciar de la página web corporativa es común usar añadidos como shop, shoponline, tienda…
- Blog el diario bitácora de la empresa: también suele estar dentro de la página web. Hay casos en los que el blog es un ente aparte cuyo contenido es lo suficientemente enriquecedor como para tener su propia identidad independiente de la marca.
- Redes sociales, agudizar el ingenio: en muchas ocasiones encontrar la página de una empresa en redes sociales es complicado porque el nombre no coincide con el que conocemos ya que se le han añadido o quitado elementos. Se trata de una práctica habitual entre empresas con presencia en varios países y es necesario distinguir cada uno de ellos pero en el caso de empresas con un solo perfil cuando el nombre no está disponible hay que hacer añadidos que dificultan llegar a ellos. Hay redes sociales que limitan la longitud del nombre por lo que es necesario crear abreviaciones que una vez más frenan cómo llegar a la marca.
- Hashtags, la buena etiqueta: cuando se comienza el proyecto no está demás comprobar si se usa, cómo, cuándo y dónde como hashtag el nombre elegido. Hacer una breve comprobación para evitar sorpresas desagradables en el día a día.
- Correo electrónico, deletrear o no deletrear: el correo electrónico tiene dos partes: el dominio, el propio nombre de la marca, que sea entendible, fácil de escribir y que no lleve a confusiones consonánticas y el remitente, nombre del usuario, donde es recomendable huir de los juegos de consonantes, mezclas con números, signos como guión medio, guión bajo, puntos… Cierto que hay infinitas combinaciones para generar un correo electrónico pero lo recomendable es establecer un criterio sencillo que facilite su entendimiento y su escritura. La prueba de fuego es darlo por teléfono y si es necesario deletrear algo falla.
El naming nunca ha sido un tema baladí y menos desde que el entorno digital tiene tanta fuerza y presencia en nuestro día a día. Se han multiplicado las comprobaciones previas necesarias para determinar si una opción es válida o no más allá de sonoridad, connotaciones positivas y negativas, competencia, tendencias y el posicionamiento que puede aportar.
La búsqueda de nombre para una marca debe conjugar muchos aspectos que deben ir alineados y en consonancia con la estrategia de empresa, teniendo en cuenta los objetivos y planes de futuro para que este no acote o limite a la empresa en un nicho o mercado en sus planes de futuro.